Seguir los consejos que te damos es un factor clave para conseguir el éxito.
Los días posteriores lava la zona dos veces al día preferiblemente con un jabón hipoalergénico y aplica una crema antibiótica para evitar infecciones. Cuando laves la zona, seca suavemente con pequeños toques. No arrastres e intenta evitar cualquier roce en la zona.
Enrojecimiento, sensación de quemazón, hematomas…son efectos totalmente normales. Es posible que salgan ampollas. No te alarmes y sobre todo no las rompas ya que puede aumentar el riesgo de infección. Si son muy grandes, llama a nuestro centro y te indicaremos los pasos a seguir.
Una vez hayan desaparecido las ampollas, utiliza una crema regeneradora. Esta crema, la tendrás que utilizar hasta que vuelvas a la siguiente sesión.
La semana posterior o mientras la piel no esté curada, tienes que proteger la zona de la exposición solar. Después necesitarás un protector solar alto para evitar alteraciones en la pigmentación.
Hacer ejercicio y beber agua ayuda a nuestro sistema linfático. Cuánto más saludable sea tu estilo de vida, mejor.
Y sobre todo, cualquier duda que te surja durante el tratamiento, ponte en contacto con nosotros. ¡Estamos aquí para ayudarte!
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